Desde Edimburgo se pone rumbo al norte por el Forth Road Bridge hasta Fife y se bordea la costa hacia el este, atravesando los bellos pueblos pesqueros de East Neuk. Interesa almorzar marisco en Anstruther o St Monans antes de llegar a St Andrews, la cuna del golf, donde se pasan una o dos noches y se sigue hacia el norte. Se cruza el puente del Tay camino de Dundee y el castillo de Glamis, emparentado con la realeza. Desde aquí, la A93 atraviesa los montes Grampianos y llega a Braemar, un buen sitio para pernoctar.
Al este por el Royal Deeside hay numerosos castillos. De camino a la granítica Aberdeen, donde se pasará la noche, se deben visitar al menos el castillo de Balmoral, que fue residencia real, y el castillo de Crathes, que parece salido de un cuento de hadas.
Hacia el oeste por la A944, se harán pequeños desvíos para visitar los castillos de Fraser y de Craigievar. Después, se va al norte hacia Dufftown y Aberlour, en el corazón de Speyside, donde se pasa al menos un día, explorando sus abundantes destilerías de whisky. Hay buenos lugares para comer y el Craigellachie Hotel tiene un bar de whisky.
Yendo al noroeste se alcanza Elgin para ver su magnífica catedral en ruinas. Se sigue al oeste por la A96, visitando Fort George y Culloden de camino a Inverness (quizá haya que parar en Nairn). Vale la pena pasar una o dos noches en Inverness, que posee hoteles y restaurantes excelentes, y se puede visitar Loch Ness (desde Drumnadrochit para avistadores de monstruos; desde Dores Inn para gastrónomos).
La ruta a Torridon por Kinlochewe atraviesa una de las zonas montañosas más bonitas del país. Se recomienda pernoctar en el hotel de Torridon. A la mañana siguiente, toca ir hacia el sur por Applecross y el precioso pueblo de Plockton hasta llegar a Kyle of Lochalsh para cruzar el puente de Skye.
Tras un par de días explorando la isla más famosa de Escocia, se toma el ferri de Armadale a Mallaig, se recorre la carretera de las islas en sentido contrario y se para en Glenfinnan, donde el ejército del príncipe Carlos Eduardo Estuardo se levantó en armas en 1745. Tras hacer noche en Fort William, se regresa a Edimburgo por la bonita carretera que discurre por Glen Coe y la orilla de Loch Lomond.