Bienvenidos a Tuvalu

Al acercarse a Tuvalu en avión, después de kilómetros de aburrido océano, aparece una deslumbrante mancha turquesa orlada de coral y tachonada de islotes con palmeras: un vulnerable paraíso en el Pacífico.

La masa terrestre de Fongafale, la isla principal, es tan estrecha que, cuando el avión se aproxima a la pista de aterrizaje, parece que va a caer al océano. De hecho, la pista es como un centro social: los niños juegan al balón a última hora de la tarde, los jóvenes la recorren en motocicleta y, en las tórridas noches de verano, familias enteras sacan sus colchones para dormir.

La mayor amenaza ecológica a largo plazo es el cambio climático y el aumento del nivel del mar. Además de la erosión costera, el agua sube a borbotones por el poroso coral en que se asientan las islas y contamina de sal las zonas dedicadas a cultivos. Si el mar sigue subiendo al ritmo previsto, gran parte de Tuvalu quedará sepultada por las aguas y lo que quede a flote será inhabitable.

 

Dónde dormir

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