Bienvenidos a Jordania
Este puerto seguro en una región de conflictos, ha maravillado a sus visitantes durante siglos con su Patrimonio Mundial, sus pueblos afables y sus evocadores paisajes de desierto.
Hospitalidad ancestral
Desde siempre, Jordania ha acogido a visitantes, desde las caravanas de camellos que recorrían la legendaria carretera del Rey cargadas de incienso para intercambiar por especias, a mercaderes nabateos, legionarios romanos, ejércitos musulmanes y fervientes cruzados, que atravesaron esta tierra y dejaron grandes monumentos. Estos, como anfiteatros romanos, castillos de cruzados y mosaicos cristianos, han fascinado a nuevos viajeros en busca del mundo antiguo y los orígenes de la fe. Y esta tradicional hospitalidad perdura hoy en día.
Paisajes de desierto
Pasear por Wadi Rum al atardecer hará comprender al viajero por qué Lawrence de Arabia se sentía tan atraído por esta tierra de arenisca erosionada y dunas rojizas. Pero los paisajes desérticos del país no se limitan al sureste; abarcan un mar de sal en el punto más bajo del planeta, cañones por los que fluyen aguas estacionales, oasis con palmeras y una explosión de flores primaverales que cubren áridas colinas. Para vivir la aventura se precisa una planificación mínima y un presupuesto modesto.
Petra, una maravilla del mundo
Esta antigua ciudad nabatea encerrada en el corazón de las escarpaduras de arenisca de Jordania es la joya de la corona entre las numerosas antigüedades del país. Desde que el explorador Jean Louis Burckhardt hablase en Europa de la necrópolis rosada en el s. xix, el recorrido del Siq hasta el Tesoro, el monumento más emblemático de Petra, ha impresionado incluso a los más viajados. Sus puntos de interés se reparten por un vasto paisaje rocoso que cambia con la luz vacilante del amanecer y el atardecer.
Puerto seguro
La tolerancia es esencial para acoger infinitas oleadas de visitantes, y Jordania ha cultivado ampliamente esta virtud con los miles de refugiados de Palestina, Iraq y, más recientemente, Siria. Pese a lidiar con ello y con un gran número de turistas a menudo insensibles ante los valores conservadores jordanos, la vida rural en concreto ha logrado mantener la continuidad de sus tradiciones del pasado. Y, aunque se enfrenta a los retos de la modernización y el desarrollo urbanístico, Jordania sigue siendo uno de los países más seguros para conocer Oriente Próximo.
Por qué me gusta Jordania
Por Jenny Walker, la autora
Desde el primer “ahlan wa sahlan” de bienvenida, supe que Jordania sería una amiga para siempre. Tras seguir los pasos de Lawrence de Arabia siendo estudiante, he vuelto muchas veces a las tiendas de los beduinos, a beber té con tejedores de alfombras y a caminar por las sendas de los pastores. Aunque hermosa y repleta de maravillas, Jordania inspira esta lealtad sobre todo por su espíritu de generoso optimismo, abriendo sus brazos a extraños y compartiendo su exigua riqueza con sus vecinos en los momentos difíciles.