Bienvenidos a Puerto Rico
Puerto Rico es el paradigma de paraíso caribeño con el que muchos sueñan despiertos, y con razón: este tesoro natural satisface tanto a los playeros como a quienes buscan selvas y grandes olas.
Arena dorada, una historia de espadachines y una variada orografía hacen del soleado patio trasero de EE UU un lugar digno de apodarse la “isla del encanto”. Es la única isla del Caribe donde se pueden cabalgar las olas antes de desayunar, hacer una caminata por la selva después de almorzar y, ya de noche, sumergirse en el ritmo de una atractiva y cosmopolita ciudad.
Entre casinos deslumbrantes y bonita naturaleza, Puerto Rico es también una tierra de vivos contrastes, donde la relajada puerta del Caribe se ve importunada por el ajetreo de la vida estadounidense. Y aunque las comodidades modernas facilitan las cosas a la hora de viajar, la jungla de cemento alineada por condominios tal vez se parezca demasiado al país del viajero. Una visita a sus playas, históricos fuertes y ruletas acelera el pulso de cualquiera. Pero la singular esencia de la isla solo se revela a quienes profundizan en ella, explorando cumbres neblinosas de la cordillera Central y las maltrechas fachadas de sus rincones más remotos.