La primera visita desde Edimburgo es Abbotsford, antigua casa de sir Walter Scott, seguida de una caminata por las hermosas abadías de Melrose y Dryburgh. Melrose es ideal para pernoctar, pues tiene una buena selección de hoteles y restaurantes.
El viaje continúa hacia el oeste por la A708 hasta Moffat a través del bonito paisaje en torno a St Mary’s Loch. En Dumfries, donde se pasa la noche, es posible visitar el primero de los lugares relacionados con el poeta escocés Robert Burns y desviarse para ver el imponente Caerlaverock Castle.
Después, se toma la A76 hacia Ayr, en el noroeste, y se pasa el resto del tercer día en Alloway, localidad natal de Robert Burns. En Ayr hay alojamientos de sobra.
La ruta sigue hacia el norte hasta Wemyss Bay, de donde zarpa el ferri a Rothesay, en la isla de Bute. Aquí se puede visitar Mount Stuart, una de las mansiones más espectaculares del país. Tras pernoctar, se vuelve a tierra firme para poner rumbo a Glasgow.