Por toda Escocia se encuentran desde aislados castillos de piedra rodeados de neblina, como el de Stirling , majestuosas fortalezas o palacios lujosos en vastos recintos, construidos por terratenientes más preocupados por el hedonismo que por la defensa. Esta gran variedad de castillos es un reflejo de la historia turbulenta del país y las tensas relaciones con sus vecinos del sur. La mayoría de ellos guarda historias de conspiración, intriga, cautiverio y traiciones, además del fantasma de rigor.
Castillos

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