Entre montañas remotas, templos ancestrales y sabores exóticos, Asia invita a viajar con los cinco sentidos. Desde el senderismo en los lagos glaciares de Tayikistán hasta un crucero por el Mekong, pasando por la calma de un ryokan japonés o los mercados especiados de Kerala, cada experiencia combina naturaleza, cultura y hospitalidad.
1. Senderismo y acampada libre en Tayikistán

Campo de Tayikistán. ©Daniel James Clarke/Lonely Planet
Con un 93 % de su territorio montañoso, Tayikistán es un paraíso poco explorado para el senderismo y la acampada libre. En los montes Fann, lagos glaciares de colores intensos, rutas como Haft-Kul y la hospitalidad rural ofrecen vivencias inolvidables. Un destino ideal para aventureros, con paisajes sobrecogedores y una sensación de aislamiento que recompensa cada paso.
2. Una visita gastronómica y cultural en el casco antiguo de Dubái (Emiratos Árabes Unidos)

Comida tradicional en los Emiratos Árabes Unidos. ©Natalie Naccache/Lonely Planet
El casco antiguo de Dubái propone un recorrido gastronómico y cultural lejos del lujo moderno, entre callejuelas históricas, zocos aromáticos y platos tradicionales emiratíes con influencias iraníes e indias. Desde Al Fahidi hasta Deira, cafeterías familiares, arte local y mercados rebosantes de sabores, colores y aromas revelan el alma más auténtica de la ciudad.
3. Pasar la noche en un ‘ryokan’ en Japón

Ryokan japonés. ©weniliou/Shutterstock
Alojarse en un ryokan japonés es una experiencia inmersiva de calma, tradición y hospitalidad. Estas posadas ofrecen baños termales naturales (onsen), cocina kaiseki de temporada, tatamis y atención personalizada, todo en un entorno sereno que invita a desconectar del mundo moderno y a entrar en sintonía con el ritmo pausado de la cultura japonesa.
4. Crucero por el río Mekong en Vietnam y Camboya

Ruta en canoa por el río Mekong. ©James Pham/Lonely Planet
Un crucero por el río Mekong, entre Vietnam y Camboya, permite descubrir el delta a ritmo pausado, entre arrozales, mercados flotantes y aldeas tradicionales. Navegar sus canales ofrece una inmersión en la vida rural, con excursiones en canoa, bicicleta o tuk-tuk, y sabores locales a bordo. Una aventura relajada e inolvidable para conectar con la naturaleza, la cultura y la calma del sudeste asiático.
5. Hacer un circuito gastronómico en Kerala, India

Circuito culinario tradicional de Kerala, India. ©Sahana M S/Shutterstock
Kerala, en el suroeste de India, invita a un circuito gastronómico vibrante marcado por especias, coco, pescado fresco y recetas tradicionales. Desde la cocina creativa de Kochi hasta los estofados mappila del norte, cada plato refleja siglos de historia. Recorrer mercados, molinos de especias y mesas locales convierte cada comida en una auténtica inmersión cultural.
6. Admirar las vistas en bicicleta en las islas Batanes (Filipinas)

Ciclista en las islas Batanas. ©Kara Santos/Lonely Planet
En el norte de Filipinas, las islas Batanes son un refugio sereno ideal para recorrer en bicicleta. Entre faros, casas de piedra tradicionales y colinas que miran al mar, los ciclistas disfrutan de paisajes espectaculares y pueblos ivatan donde el tiempo parece detenerse. Un enclave remoto y seguro que ofrece una conexión profunda con la naturaleza y la cultura local.