Una visita gastronómica cultural: casco antiguo de Dubái (Emiratos Árabes Unidos)

Escrito por
Natasha Amar

25 Agosto 2025
4 min de lectura
© Iván Kurmyshov/Shutterstock
Casco antiguo del distrito histórico de Al Fahidi. Dubái, Emiratos Árabes Unidos

Si se pregunta a cualquier anciano de Dubái, seguro que confesará su amor por una faceta de la ciudad que pocos turistas conocen. Más allá de los elegantes hoteles de lujo y gigantescos centros comerciales, los evocadores zocos y callejas de los barrios más antiguos invitan al visitante culturalmente curioso a descubrir cafeterías escondidas y restaurantes familiares para saborear el encanto de la vida sencilla.

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La historia secreta de Dubái

Con sus majestuosos minaretes, animados zocos y experiencias embriagadoras, el casco antiguo de Dubái evoca un pasado en notable contraste con los relucientes rascacielos de la ciudad moderna y los puntos de interés contemporáneos. En la década de 1950, cuando la población de Dubái apenas sumaba 20 000 habitantes, este era el centro de la ciudad, una zona que incluye los barrios obreros de Bur Dubai, Deira y Shindagha, y que se extienden en torno al canal de Dubái (Khor Dubai), centro neurálgico del casco antiguo.

Antaño centro de buscadores de perlas con una historia que se remonta varios miles de años, esta ensenada natural fue el primer puerto de Dubái. Antes de hallarse los yacimientos de petróleo en la década de 1960, aquí atracaban barcos procedentes de África Oriental, Irán e India para comerciar con oro, textiles y especias en los zocos del casco antiguo. La influencia culinaria de estas importaciones, junto con la comida de los primeros inmigrantes de la ciudad (procedentes de Irán y el subcontinente indio), incidió significativamente en la cocina emiratí y la cultura gastronómica global de la ciudad. Un circuito gastronómico por el casco antiguo revela el rico mosaico de sabores que configuran la variada escena culinaria que define hoy la ciudad.

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El distrito histórico de Shindagha, en el barrio de Dubai Creek. ©frenético00/Shutterstock

Hacer un circuito a pie (y comer) por cuenta propia

El recorrido empieza con un paseo por las estrechas callejas del barrio histórico de Al Fahidi, donde unas cincuenta casas del s. xix se erigen a orillas del canal de Dubái. Antiguas residencias de ricos comerciantes, sus restaurados muros de tonos arenosos y patios frondosos ahora albergan restaurantes, hoteles boutique y museos. Hay que fijarse en la característica más distintiva de estas casas: el barjeel. Construidas con arenisca, teca, yeso y madera, estas torres de viento las mantenían frescas durante los calurosos días de verano. 

Se puede empezar en la Arabian Tea House, que sirve contundentes platos elaborados siguiendo las recetas familiares del fundador. Es posible comer en el patio con bancos azules o en el comedor interior, decorado con fotografías en blanco y negro de Dubái. La bandeja de desayuno emiratí consta de clásicos como el balaleet (fideos cubiertos con tortilla) y chebab (panqueques). Para almorzar, se recomienda pedir machboos (arroz especiado con carne o pescado) o saloona (estofado de verduras y carne). 

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Distrito histórico Al Fahidi. ©Katerina Elagina/Shutterstock

Unas puertas más abajo, el museo Bayt Al Khanyar exhibe curiosas dagas y viejas fotografías de antiguos jeques blandiendo estas decorativas hojas. Cerca, el Sheikh Mohammed Centre for Cultural Understanding ofrece circuitos guiados, auténtica comida emiratí y una introducción a tradiciones como la caligrafía árabe y el gahwa (café). La mejor forma de conocer las subculturas culinarias de Dubái, es un circuito a pie guiado por los expertos locales de Frying Pan Adventures.

Desde aquí, a unos 10 min a pie, pasado el fuerte Al Fahidi, de 1787, el edificio más antiguo de Dubái, se extiende el zoco de Bur Dubai, donde resultará difícil resistirse a comprar exquisitos chales de pashmina, colorida cerámica artesanal, alfombras persas y hermosas obras de arte hechas a medida. 

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Los zocos de Dubái y sus colores en los productos. ©Arnaud Martínez/Shutterstock

Se prosigue hasta emerger en la zona ribereña en la estación de Bur Dubai Abra. Se toma un abra (taxi acuático) para cruzar la bahía y se desembarca en la estación de Deira Old Souq Abra para dirigirse a la Biman Ali Cafetería. Este diminuto establecimiento se encuentra en el histórico mercado desde la década de 1950 y es un clásico ejemplo de las humildes cafeterías de Dubái. Fundadas por los primeros inmigrantes a la ciudad, pronto se convirtieron en los lugares favoritos de la clase trabajadora para comer o tomar algo en cualquier momento del día. Tras tomarse un refrescante faloodeh iraní (granizado de agua de rosas y azúcar, mezclado con fideos finísimos de almidón), se puede continuar hacia el zoco de las especias. Sacos de azafrán, cúrcuma, canela, pétalos de rosa y té bordean las calles y llenan el ambiente con sus aromas, que se entremezclan con el incienso ardiente. 

De compras con los cinco sentidos

Vale la pena pasear por el zoco del oro, cuyos escaparates exhiben collares de varias vueltas, brazaletes de diamantes y joyas de boda. Luego, se atraviesa el zoco de los perfumes hasta Shiraz Nights para degustar sus deliciosos bocadillos de shawarma, un fino pan saj relleno de carne recién cortada y salsa de ajo, supuestamente importado de Turquía en el s. xx y que se ha convertido en la comida callejera por excelencia de la ciudad. 

Desde la estación de Al Sabkha Marine Transport, se toma un abra en un trayecto de 5 min hasta la de Al Fahidi Marine Transport y se camina hasta Al Ustad Special Kabab. En esta sencilla institución familiar, las paredes exhiben con orgullo fotografías de clientes famosos, desde celebridades de Bollywood y futbolistas internacionales a miembros de la realeza de Dubái. Después de un solo bocado de su kabab khas marinado con yogur, joojeh kabab con sabor a azafrán, cremoso hummus o arroz empapado en mantequilla, pronto se entenderá su icónico estatus.

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Zoco del oro. ©Abu hasim asaru/Shutterstock

Momento memorable

Ver las gaviotas de pico amarillo extender sus esbeltas alas sobre los abras que cruzan el canal de Dubái. Los pasajeros guardan sus teléfonos para apreciar las vistas de los coloridos dhows de madera, minaretes, arquitectura tradicional, bulliciosos zocos y los primeros rascacielos de la ciudad. En esta ría de agua salada entre Bur Dubai y Deira, el tiempo parece detenerse ante una ciudad que cambia constantemente.

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