El centro de Bulgaria es tierra de vinos, historia revolucionaria y fascinantes montañas.
Desde Sofía, se va en autobús al sur hasta la tranquila Melnik, famosa por su vino, pirámides calcáreas y mansiones del Renacimiento Nacional. Se visita el cercano monasterio de Rozhen. Se sigue en autobús hasta Bansko, con buenas caminatas (verano) y esquí (invierno).
Desde Bansko, un tren de vía estrecha serpentea entre montañosos bosques hasta Septemvri y luego sigue hasta Plovdiv, buena parada de dos o tres días para explorar sus casas-museo decimonónicas y el barrio artístico de Kapana. Luego toca una jornada de relax en los balnearios de Hisar, al norte, previa a la evocadora visita a Karlovo, cuna del gran héroe revolucionario búlgaro.
Se toma un autobús a Kazanlâk, puerta de entrada al valle de las Rosas. Se cruzan las montañas por el paso de Shipka, previa parada en Shipka para ver su deslumbrante iglesia. Por último, se pasea a la sombra de la impresionante fortaleza de Veliko Târnovo, la capital medieval de Bulgaria, y se añade un día para la excursión al cercano cañón de Emen.