No sorprende que este archipiélago caribeño sea el primer lugar de vacaciones de Panamá. Se puede pedalear hasta la playa, tararear al ritmo de un improvisado calipso en isla Bastimentos y hacer sobremesa tras la cena en una cabaña al borde del mar. Los alojamientos van de albergues baratos para mochileros a impresionantes cabañas en la selva, pasando por centros vacacionales de lujo en las islas exteriores. Los surfistas se lanzan a las olas, pero también se puede bucear y ver la variada fauna marina o hacer voluntariado.
Archipiélago de Bocas del Toro

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