Esta corta ruta ofrece una introducción acelerada a lo mejor de Marruecos: sus ciudades y medinas ancestrales y la imponente cordillera del Atlas que se propaga en ondas por todo el país. Este itinerario comienza en dos ciudades donde antaño gobernaron dinastías ilustradas. Se disfruta del exotismo magrebí de Fez, donde el Marruecos moderno y su rico pasado coexisten en la extraordinaria medina. A continuación, se toma un respiro en la cercana Mequínez, ignorada por muchos viajeros pese a sus ecos de los días de gloria del sultán Mulay Ismail. Un desvío al norte lleva hasta Volúbilis, la ciudad antigua mejor preservada de Marruecos, testigo de la asombrosa amplitud del Imperio romano. Cerca está Mulay Idris, con el mausoleo del fundador de la primera dinastía imperial de Marruecos, otro antídoto contra el ajetreo urbano. Se sigue hacia el sur por el Atlas Medio, con parada en la ciudad bereber de Sefrú y su encantadora medina. Desde allí se toma una ruta campo a través por Beni Mellal, bordeando el Alto Atlas hasta llegar al símbolo del Marruecos contemporáneo: Marrakech. Los zocos, intérpretes callejeros y arquitectura imperial de la ciudad forman un cóctel embriagador.
Ruta imperial y el Atlas
