Las calles y escaleras de Montmartre, bordeadas de edificios torcidos con hiedra, son encantadoras para deambular. Tras visitar el Sacré-Cœur en lo alto, se puede descubrir la historia del barrio en el Musée de Montmartre.
Se da un paseo por las orillas del Canal St-Martin, bordeado de cafés. Si los horarios lo permiten, hay que hacer un recorrido en barco por el canal hasta la Bastilla.
El barrio de la Bastilla es ideal para ir de café en café, sobre todo en rue de la Roquette y alrededores. Se termina en la sala de baile de 1936 Le Balajo, en la zona nocturna de rue de Lappe.