Descubriendo la hospitalidad de la capital de Jordania
La famosa hospitalidad jordana tiene su origen en las tradiciones levantinas y beduinas, y es lo que confiere alma a la capital el país, Ammán.
El teatro romano de Ammán, Jordania © Yulia Denisyuk / Lonely Planet
Parada indispensable hace siglos en la ruta hacia los templos de arenisca rosada de Petra o las arenas desérticas del desierto de Lawrence (Wadi Rum), Ammán, capital de Jordania, ha florecido como el gran centro intelectual y artístico de Oriente Medio con la ayuda de una eclosión creativa.
Estos cambios han atraído a miles de viajeros que, tras visitar el país por primera vez, se han convertido en enamorados de esta ciudad para toda la vida. Y eso es gracias, en parte, a la mítica hospitalidad jordana.
El warbat ammaní, una tarta de hojaldre rellena de crema © Yulia Denisyuk / Lonely Planet
En Jordania, «Ahlan wa sahlan» («Bienvenido») no es una mera fórmula de cortesía. Con raíces en las tradiciones levantina y beduina, la bienvenida en Medio Oriente está imbuida de afabilidad y generosidad, y suele conllevar un ofrecimiento sincero de comida y bebida.
Vistas desde el interior del teatro romano © Yulia Denisyuk / Lonely Planet.
Una experiencia digna de apreciar –y que es de mala educación rechazar– es compartir una comida con una familia ammaní. Quien tenga la suerte de asistir a un ágape así podrá probar el arak (un aguardiente blanquecino seco) y el mansaf (un plato tradicional a base de arroz y cordero aderezado con yogur local) sentado a una mesa con gente que le brindará su amistad. En la sobremesa es tradicional servir tres tazas de café: la primera es la bienvenida, la segunda es para saborearla, y la tercera es una señal de respeto.
Un mercado de hortalizas en Ammán © Sunny Fitzgerald / Lonely Planet
En la ciudad abundan las oportunidades para experimentar interacciones de lo más auténticas. La parte más animada es el centro, Al Balad, donde hay puestos de venta de especias, ropa e instrumentos musicales junto a establecimientos muy queridos como Habibah, la mejor tienda de kunafeh (un postre a base de queso dulce) de Ammán. En los barrios más de moda, como Weibdeh y Jabal Amman, se pueden visitar galerías de arte y cafés comunitarios creativos: allí se halla la energía que ha convertido a Ammán en el corazón latiente de Oriente Medio; junto con la hospitalidad que hace que los viajeros siempre vuelvan.
De primera mano
«Me encanta como Ammán combina historia, arte, cultura y diversidad de una forma bonita y sencilla. En Weibdeh se mezcla gente de distintas nacionalidades, religiones y edades. En el centro, las animadas calles de la vieja Ammán esconden muchas joyas. Una de ellas es Al-Kalha Steps, un enclave de arte urbano, pequeños cafés y librerías que conecta Weibdeh con el centro».
Zaid Souki, ‘artivista’ y fundador de Orenda Tribe.