Los parques naturales de la región ofrecen de todo, desde tranquilos paseos por el entorno hasta rutas más exigentes que llegan al corazón de la selva virgen. Hay también montañas que escalar, cuevas que explorar y mares tropicales en los que sumergirse, repletos de vida marina, además de otras actividades acuáticas, entre ellas surf y rafting en aguas bravas.
Para imaginar qué tipo de vida pudo existir hace 100 millones de años, una buena opción es patearse las zonas más profundas de las selvas de la región, casi intactas frente a los cambios climáticos que supuso la Edad del Hielo en el resto del planeta. Grandes zonas de esta masa forestal son hoy parques nacionales, en los que está prohibida toda actividad comercial distinta del turismo.
Los británicos crearon el primer parque nacional de Malasia en 1938, ahora incluido en el Taman Negara, la joya nacional de la riqueza natural del país, que cruza las fronteras de Terengganu, Kelantan y Pahang. Junto a él y a los otros 27 parques nacionales y estatales del país (23 de ellos en Borneo) hay reservas y refugios de bosques, aves, mamíferos y vida marina protegidos oficialmente. Incluso en el corazón de Kuala Lumpur se pueden estirar las piernas en el KL Forest Eco Park, y un poco al norte de la ciudad se encuentran una red fantástica de senderos forestales y el paseo colgante del Instituto de Investigación Forestal de Malasia.
En la región hay meses más y menos húmedos. El calentamiento global ha afectado a los monzones, por lo que las precipitaciones varían mucho de un año a otro. En resumidas cuentas, da igual dónde o cuándo se vaya, las probabilidades de mojarse son altas, ya sea con la lluvia o el sudor.
Lo que sí varía es la cantidad de turistas que compiten por un guía experto y una habitación. Los residentes del hemisferio norte suelen visitar la región en sus vacaciones estivales; si se prevé viajar en julio o agosto, habrá que reservar todo con bastante anticipación. Hay además otros períodos regionales de temporada alta, como las vacaciones del Año Nuevo chino y la “Semana Dorada” de vacaciones que los japoneses tienen a finales de abril o principios de marzo.
En muchos parques nacionales y otras bellas zonas de la región se cobra una entrada simbólica, de unos 10 MYR. En algunos, para practicar senderismo u otra actividad como pescar o escalar, se deben adquirir permisos adicionales y contratar guías. El monte Kinabalu y el Parque Nacional del Gunung Mulu tienen normas de visita más estrictas.
El alojamiento no suele ser un problema a la hora de visitar los parques nacionales. Hay varias opciones, desde albergues a complejos de lujo. Tanto el transporte como el alojamiento cada vez están más controlados por agencias turísticas privadas, que exigen reservas por adelantado y el pago de un depósito.
Muchos parques nacionales tienen senderos bien señalizados, que se pueden recorrer en un día por libre. Respecto a los itinerarios con noche incluida, a nadie se le ocurriría acometerlos sin un guía local, pues no existe ningún tipo de mapa ni señalización en los senderos más remotos. Un buen guía reconocerá las aptitudes del viajero y será algo exigente; no tomará la ruta más fácil por inercia. Antes de emprender una aventura con pernoctación, conviene probar con una caminata guiada más corta para ver qué se siente al hacer senderismo en un clima tropical.
Sobre todo en Sabah y Sarawak, los parques nacionales son muy estrictos y solo admiten guías acreditados. Algunos grupos han tenido que volverse al llegar con un guía sin licencia. Antes de pagar nada, conviene consultar a otros viajeros y solicitar al guía que muestre el certificado de parques nacionales.
Los guías para un día suelen contratarse en las oficinas del parque nacional; para rutas más largas hay que ponerse en contacto con un guía autónomo o con una agencia de circuitos. Un guía cuesta 50-200 MYR/día, según la duración y la dificultad de la ruta.
Sobre los bosques de Borneo se alzan unas montañas brillantes. Incluso a los no escaladores les suena el monte Kinabalu (4095 m), la cota más alta entre el Himalaya y la isla de Nueva Guinea, un monstruo rocoso que pide a gritos ser escalado. Hay algo mágico en iniciar el ascenso en una selva tropical y alcanzar una zona típica alpina, rocosa, desnuda y tan fría que, a veces, hasta nieva. Pero, más allá de pasar del calor al frío, es el extraño mundo de la meseta de la cima lo que convierte al Kinabalu en uno de los picos más interesantes del mundo. Tiene un poco del Yosemite y un toque de las Torres del Paine, aunque al final es Borneo en estado puro.
La segunda cima más alta de Sabah, el monte Trus Madi (2642 m), es mucho más exigente de escalar que el Kinabalu, y la excursión es también más difícil de organizar.
El Gunung Mulu (2376 m) no es tan alto, pero igual de famoso, gracias en parte a su condición de Patrimonio Mundial por la Unesco. Para sufrir, se debe emprender la ruta de ida y vuelta de 5 días hasta la cima. El trayecto ofrece diversos hábitats inmaculados, desde un bosque de dipterocarpáceas en las tierras bajas hasta uno de rododendros más arriba.
Pulau Berhala, en el archipiélago de Sandakan, es otro destino destacado para los escaladores en roca; Fieldskills Adventures organiza escaladas en la zona.
En la península, el Gunung Ledang (1276 m) es una buena introducción al montañismo en latitudes tropicales. También hay buenas opciones en Taman Negara, como la subida al Gunung Tahan (2187 m), una aventura de 7-9 días. También se puede escalar en roca en Juara, en Pulau Tioman.
Las tarifas de los guías ascienden a 100-200 MYR/día. Además, habrá que pagar la entrada a los parques nacionales (1-15 MYR) y los permisos de escalada (106 MYR para el monte Kinabalu).
Escalar una montaña en Malasia es como hacer una caminata por la selva, aunque físicamente mucho más agotador, psicológicamente más exigente y, sobre todo, más vertical. Hay que prepararse para pendientes muy duras y temperaturas bajas.
Al igual que para las rutas más largas, hay que reservar con antelación. Muchas de las agencias que organizan senderismo ofrecen también ascensos de montaña. Algunos de los guías más experimentados de las Kelabit Highlands, en Sarawak, llevan a dos picos muy poco frecuentados, el Batu Lawi y el Gunung Murud.
Los aficionados harán bien en leer Mountains of Malaysia, A Practical Guide and Manual (1988), de John Briggs. Entre los recursos por Internet, se recomienda Climb Malaysia (www.climb.my).
El interior de una montaña caliza de Malasia partida por la mitad es como un queso suizo por dentro. Los malasios han vivido, recogido nidos de aves, planeado rebeliones y enterrado a sus muertos en estas gua (cuevas) durante decenas de miles de años. Los espacios subterráneos del país (algunas de las cuevas más grandes de la tierra) son ahora silenciosos, excepto por el flujo de las corrientes, el goteo de las estalactitas y el aleteo de salanganas y murciélagos.
El Parque Nacional del Gunung Mulu, en Sarawak, es el hogar de grandes joyas espeleológicas, incluidas la segunda galería de cuevas más grande del mundo (la Deer Cave, de 2 km de largo y 174 m de alto), la cámara más grande del mundo (la Sarawak Chamber, de 700 m de largo, 400 m de ancho y 70 m de alto) y la cueva más larga de Asia (la Clearwater Cave, de 107 km de largo). A varias de las cuevas del parque, y a sus gemelas del Parque Nacional de Niah, pueden acceder espeleólogos no profesionales; hay senderos bien conservados para atravesarlas.
Otras cuevas abiertas al público son la Dark Cave y la cueva de Batu, algunas del Parque Estatal del Gunung Stong y alrededores, las cuevas de Taman Negara y las cuevas de Gomantong, en Sabah.
Un pasadizo oscuro en las entrañas más profundas de la tierra no es el mejor lugar para descubrir que se tiene claustrofobia o vértigo (en algunas cuevas hay que escalar precipicios subterráneos). Así que, antes de meterse bajo tierra, conviene plantearse muy en serio tales posibilidades. Lo mejor es preguntar al guía antes.
También hay que estar preparado para arrastrarse entre la mugre (guano de murciélago incluido) y ensuciarse (algunos guías y agencias facilitan ropa adecuada).
Los precios razonables, una variedad excelente de enclaves de submarinismo y el fácil acceso hacen de Malasia un destino genial tanto para principiantes como para veteranos. Las inmersiones desde los barcos en las islas son las más comunes, pero hay lugares como Pulau Sipadan, en Sabah, que incluyen puntos estupendos cerca de la playa. Otra opción es ir a zonas más alejadas en un barco con pernoctación a bordo.
Los niveles de las instalaciones de submarinismo en Malasia suelen ser bastante altos, con muchas opciones para alquilar equipos. La mayoría de las empresas ofertan el certificado de la Professional Association of Diving Instructors (PADI), reconocido en todo el mundo.
El monzón del noreste acarrea fuertes vientos y lluvia en la costa oriental de la Malasia peninsular entre principios de noviembre y finales de febrero. La mayoría de los centros de submarinismo cierran durante esa época. La visibilidad mejora después del monzón, y alcanza su máximo en agosto y septiembre. En la costa oeste la situación es la inversa, con las mejores condiciones entre septiembre y marzo. En el Borneo malasio, los monzones son menos severos y las lluvias, más uniformes, por lo que se puede practicar submarinismo todo el año.
La mayoría de los centros de submarinismo cobran 200-300 MYR por dos inmersiones (alquiler de equipo incl.). Una excursión de un día y tres inmersiones a Sipadan cuesta 250-500MYR (consultar si el aparcamiento está incluido). Los cursos PADI Open Water cuestan 800-1200MYR. Muchos centros vacacionales y operadores de submarinismo ofrecen paquetes con todo incluido, a precios variables.
En algunos de los centros de submarinismo más grandes, como en Pulau Tioman, se puede contratar una excursión en el momento, pero siempre es mejor arreglarlo todo antes, aunque sea para evitar la espera de uno o dos días. El submarinismo en Sipadan está limitado a 120 inmersiones al día; conviene reservar.
Nunca es seguro sumergirse justo después del vuelo, debido a la mala presurización de las cabinas y la deshidratación. Tampoco es indicado volar durante las 24 horas siguientes a la última inmersión.
Las montañas y selvas tropicales malasias empatan en cuanto a ríos de cauce rápido, ideales tanto para aficionados al rafting como al kayak.
En la península, Kuala Kubu Bharu se ha convertido en el centro neurálgico de las aguas bravas. En el Sungai Selangor se practica rafting y kayak; Pierose Swiftwater es una empresa reputada.
En Gopeng, en el Sungai Kampar, a 20 min en automóvil al norte de Ipoh, el My Gopeng Resort (016-549 3777, 05-242 3777; a) organiza excursiones de rafting y otras actividades al aire libre.
El rafting en aguas bravas está de moda en Sabah. Varios operadores de Kota Kinabalu llevan a los viajeros al sur de la ciudad, a la división de Beaufort, para recorrer rápidos de grado 3-4 en el Sungai Padas (río Padas). Una opción más relajada para principiantes son las aguas más calmadas del Sungai Kiulu, cerca del monte Kinabalu.
Para practicar el kayak, están Kuching Kayak (082-253005; www.kuchingkayak.com; 269 Jln Padungan) y Borneo Trek & Kayak Adventure en Kuching.
Los clubes de navegación ofrecen excursiones en barco por la región y cursos de navegación, como el Royal Langkawi Yacht Club (04-966 4078; www.langkawiyachtclub.com), Kuah; Royal Selangor Yacht Club (03-3168 6964; www.rsyc.com.my), Pelabuhan Klang; y Avillion Admiral Cove, Port Dickson.
También se pueden practicar actividades en barco en los lagos, los ríos y los estuarios plenos de manglares de la región. Una salida al atardecer por los manglares del Parque Nacional de los Humedales de Kuching, para ver cocodrilos y luciérnagas, puede ser una experiencia mágica. Igualmente son populares las excursiones en barco para ver luciérnagas por Kuala Selangor.
En los ríos más grandes, el transporte se hace en “féretros voladores”: barcos largos y estrechos con unos 70 asientos, sin contar la gente que va en el tejado. Gracias a sus potentes motores, estas embarcaciones consiguen remontar las fuertes corrientes.
En lo que a surf respecta, Malasia no es Indonesia, pero Cherating y Juara, en Pulau Tioman, acogen a un buen número de aficionados en la época del monzón, cuando hay grandes olas. También se pueden alquilar tablas de paddlesurf en Tioman y Cherating y material de kitesurf en Cherating, y recibir clases de todos estos deportes en ambos sitios.
Aunque lleva tiempo sin actualizarse, el blog Surfing in Malaysia (http://surfingmalaysia.blogspot.com.au) contiene enlaces útiles con otros recursos de información para surfistas.