La mayoría de los puntos de interés ya se han visto, por lo que hoy se pueden visitar zonas menos conocidas. Se puede empezar con un paseo por las calles de Hóngkǒu, donde también se encuentra la sinagoga Ohel Moishe, actual museo de los refugiados judíos de Shanghái.
Para descansar de la ciudad, se puede tomar el metro y hacer una escapada a Qībǎo, una antigua ciudad del canal y destino del turismo nacional. Qībǎo posee varios puntos de discreto interés, aunque lo mejor es pasear por los edificios antiguos: no hay que perderse la casa de té con su tradicional (aunque incomprensible) representación de una historia. Para una experiencia totalmente diferente, hay que dirigirse al mercado de moda y regalos AP Xīnyáng a pescar perlas de agua dulce y salada o a comprar ropa a buen precio.
Llega la hora de la cena de despedida. Para un ambiente elegante a la antigua, los mejores son Yè Shànghǎi o Fu 1039. Otras opciones son los ardientes platos picantes de Sichuan en Spicy Joint o las deliciosas tapas de Commune Social.