Información y Consejos de Salud para ir a Antártida

En la Antártida, los recursos sanitarios son limitados. No hay hospitales públicos, farmacias ni consultorios médicos. Los barcos y las bases científicas cuentan con enfermerías, pero normalmente con un solo médico o enfermera y un equipo limitado.

A continuación se presenta un resumen de las dolencias más habituales en la Antártida. 

Mareo

El azote de muchos viajeros es una respuesta natural al movimiento del mar.

  • Comer ligero, pero sin dejar el estómago totalmente vacío.
  • Reservar un camarote con menor movimiento: los de las cubiertas medias e inferiores suelen ser más cómodos.
  • El aire fresco y mirar al horizonte suele ayudar.
  • Evitar leer, fumar, beber el alcohol y los vapores del gasóleo.
  • Los médicos de los barcos dispensan algunos fármacos comerciales, pero es mejor llevar lo necesario, incluso si nunca se ha sufrido un mareo.

La medicación para el mareo debe tomarse antes de empezarse a marear:

  • Dimenhidrinato (Biodramina) y meclozina (Chiclida): son los más comunes, aunque causan somnolencia.
  • Prometazina (Fenergan): permite la adaptación al movimiento. Aun así, puede causar somnolencia, mareo y sequedad bucal.
  • Escopolamina (Buscapina).

Remedios no farmacológicos:

  • Jengibre.
  • Pulseras de acupresión.

Otras dolencias

Quienes visitan el polo Sur o la Antártida oriental pueden sufrir mal de altura, entre otros males.

Deshidratación La extrema sequedad de la Antártida puede provocar deshidratación. Algunos síntomas son orina oscura o cansancio. Hay que beber un mínimo de 4 l de agua al día y evitar el té y el café.

Congelación Sobre todo en nariz, mejillas, barbilla, dedos de las manos y de los pies. Los primeros síntomas son entumecimiento y rojez, seguidos del desarrollo de una capa cerúlea, blanca o amarilla. Hay que vestir con varias capas, llevar gorro, permanecer seco (con impermeable exterior) y cambiar rápidamente ropa, calcetines o guantes húmedos.

Hipotermia Se produce cuando el cuerpo pierde calor con más rapidez de la que lo produce y la temperatura interna cae. Suele ser causada por una combinación de factores, como viento, ropa húmeda, cansancio y hambre. Los síntomas incluyen agotamiento, entumecimiento (especialmente en dedos de pies y manos), temblor, dificultad para hablar, comportamiento irracional o violento, letargo, torpeza al andar, mareo, calambres musculares y arrebatos de energía. Hay que ponerse a salvo del viento y la lluvia, cambiar la ropa húmeda por seca, tomar bebidas calientes (no alcohol), ingerir alimentos calóricos y de fácil digestión y, si se puede, darse una ducha con agua tibia (no caliente).

Exposición al sol Incluso en días nublados, es fácil quemarse y sufrir dolor ocular, ya que el sol se refleja en la nieve, el hielo y el mar. Hay que usar gafas de sol con filtro ultravioleta y crema de protección solar.

Informarse es importante

Antes y durante el viaje recomendamos que cualquier información relacionada con seguridad, salud, trámites administrativos como la expedición de visados, etc. sea verificada con el Ministerio de Asuntos Exteriores del país del viajero o la autoridad competente.

 

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