Antártida 1

Los viajes en el Transiberiano están repletos de cautivadores momentos, y resulta difícil no emocionarse al recorrer los adoquines de la Plaza Roja de Moscú, pasear por la Ciudad Prohibida de Beijing o contemplar la espléndida bahía del Cuerno de Oro en Vladivostok. Los más audaces desearán explorar el gélido lago Baikal –y quizá zambullirse en sus aguas– o cabalgar con los nómadas por las estepas de Mongolia. Sin olvidar la Línea Principal Baikal-Amur (Baikalo-Amurskaya Magistral; BAM), que atraviesa bellas y remotas zonas de Siberia.

En la Tierra no hay otro lugar como la Antártida, una inmensidad compuesta de nieve, hielo, agua y roca en estado puro. Es, sin duda, un lugar único para cualquier viajero: en la Antártida se podrá comprender la dureza de las primeras expediciones antárticas, descubrir formas de vida poco habituales y exclusivas de este entorno, divisar animales impresionantes como las ballenas o los pingüinos, o dejarse llevar por la sensación inefable de sentirse un ser minúsculo en medio de una naturaleza superlativa. Un viaje a la Antártida es un viaje a la esencia de la vida y con esta guía el viajero podrá sacar el máximo partido a su gran aventura.

En la Tierra no hay otro lugar como la Antártida, una inmensidad compuesta de nieve, hielo, agua y roca en estado puro. Es, sin duda, un lugar único para cualquier viajero: en la Antártida se podrá comprender la dureza de las primeras expediciones antárticas, descubrir formas de vida poco habituales y exclusivas de este entorno, divisar animales impresionantes como las ballenas o los pingüinos, o dejarse llevar por la sensación inefable de sentirse un ser minúsculo en medio de una naturaleza superlativa. Un viaje a la Antártida es un viaje a la esencia de la vida y con esta guía el viajero podrá sacar el máximo partido a su gran aventura.

En la Tierra no hay otro lugar como la Antártida, una inmensidad compuesta de nieve, hielo, agua y roca en estado puro. Es, sin duda, un lugar único para cualquier viajero: en la Antártida se podrá comprender la dureza de las primeras expediciones antárticas, descubrir formas de vida poco habituales y exclusivas de este entorno, divisar animales impresionantes como las ballenas o los pingüinos, o dejarse llevar por la sensación inefable de sentirse un ser minúsculo en medio de una naturaleza superlativa. Un viaje a la Antártida es un viaje a la esencia de la vida y con esta guía el viajero podrá sacar el máximo partido a su gran aventura.

En la Tierra no hay otro lugar como la Antártida, una inmensidad compuesta de nieve, hielo, agua y roca en estado puro. Es, sin duda, un lugar único para cualquier viajero: en la Antártida se podrá comprender la dureza de las primeras expediciones antárticas, descubrir formas de vida poco habituales y exclusivas de este entorno, divisar animales impresionantes como las ballenas o los pingüinos, o dejarse llevar por la sensación inefable de sentirse un ser minúsculo en medio de una naturaleza superlativa. Un viaje a la Antártida es un viaje a la esencia de la vida y con esta guía el viajero podrá sacar el máximo partido a su gran aventura.

Los viajes en el Transiberiano están repletos de cautivadores momentos, y resulta difícil no emocionarse al recorrer los adoquines de la Plaza Roja de Moscú, pasear por la Ciudad Prohibida de Beijing o contemplar la espléndida bahía del Cuerno de Oro en Vladivostok. Los más audaces desearán explorar el gélido lago Baikal –y quizá zambullirse en sus aguas– o cabalgar con los nómadas por las estepas de Mongolia. Sin olvidar la Línea Principal Baikal-Amur (Baikalo-Amurskaya Magistral; BAM), que atraviesa bellas y remotas zonas de Siberia.