Se empieza con las vistas del Oporto histórico desde la Sé, de aspecto defensivo. Luego se entra en las callejas de Ribeira que bajan por la ladera, parando en el Museu da Misericórdia a culturizarse y ver los azulejos de la iglesia. Por la tarde se ven las atracciones de Ribeira. Primero la Igreja de São Francisco, de deslumbrante poderío barroco. Igual de suntuoso es el Palácio da Bolsa, neoclásico; tómese uno de sus circuitos guiados. Al ponerse el sol sobre el Duero se toma una copa antes de cenar en el Wine Quay Bar con vistas al Ponte de Dom Luís I.