Pese a que muchas localidades del norte del país quedaron reducidas a escombros durante la guerra, Toruń escapó milagrosamente y hoy se puede disfrutar de una magnífica ciudad gótica amurallada a orillas del Vístula. Se puede recorrer su casco antiguo, repleto de museos, iglesias, plazas y regias mansiones, y reponer fuerzas con una picante galleta de jengibre, su tentempié por excelencia. Otro de sus reclamos es el vínculo de Copérnico con una de sus casas góticas.
El legado gótico de Toruń

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