La ciudad donde nació la moneda común europea ha sido un punto de encuentro durante siglos. Los romanos construyeron fortalezas subterráneas que aún pueden explorarse; desde entonces, cada generación ha dejado su huella. Pero aparte de sus 2000 años de historia, monumentos magníficos, ruinas imponentes, altísimas iglesias y museos extraordinarios, por lo que de verdad destaca Maastricht es por cómo se vive el momento. Pocos lugares de los Países Bajos registran tal concentración de cafés y restaurantes, para disfrutar de cada minuto de la vida.
Divertirse en Maastricht
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