La Sicilia más tradicional se descubre recorriendo las bonitas carreteras secundarias de los montes Madonia y Nebrodi, a un mundo de distancia de las poblaciones costeras cercanas. La preciosa Cefalú es perfecta para relajarse, descansar en la playa y disfrutar de la panorámica de la costa desde la ciudadela normanda en ruinas. Siguiendo la costa hacia el este se llega a Castel di Tusa, famoso por su vanguardista colección de esculturas al aire libre. A continuación se gira hacia el interior y se sube hasta llegar a Mistretta, una población de montaña que parece detenida en el tiempo. Tras desviarse para explorar el pueblo medieval de Nicosia se sigue al sur hasta Enna, una bonita población de montaña y centro geográfico de la isla, algo que se aprecia desde lo alto de las murallas del Castello di Lombardia. Volviendo al norte por Gangi se llega al Parco Naturale Regionale delle Madonie, un espectacular paisaje natural salpicado de avellanares, bosques de fresnos y fotogénicos pueblos de montaña. Se recomienda dedicar un par de días al extremo oeste de las montañas para explorar las antiguas iglesias de piedra de Petralia Soprana y Petralia Sottana, el museo de las carreras Targa Florio de Collesano y el castillo de Castelbuono antes de volver a la costa en Cefalú.
Refugios de montaña
