El manto de suave nieve que surcan las numerosas pistas de esquí en invierno se transforma, con la llegada de la primavera, en un océano verde salpicado de cabañas alpinas y de flores que parecen pintadas a pincel. Y al fondo de esta imagen idílica, el Sasso Piatto y el Sassolungo hacen de contrapeso a las imponentes paredes del Sciliar, creando un marco natural de belleza extraordinaria.
El macizo del Sciliar

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