Permite explorar los magníficos paisajes y descubrir la fascinante historia del norte de Irlanda.
En Belfast hay que visitar la Titanic Experience y hacer una excursión en un taxi negro antes de ir al norte por la costa de Antrim hasta el puente de cuerda de Carrick-a-Rede. Al oeste del mismo se encuentra la Calzada del Gigante, Patrimonio Mundial, imprescindible en toda visita a Irlanda del Norte; por el camino, los seguidores de Juego de tronos pueden acercarse al puerto de Ballintoy, que en la serie hizo de Puerto Noble de las Islas del Hierro. La costa de la calzada termina en el fascinante pueblo de Bushmills, cuna de la famosa destilería homónima. Derry se merece un día entero, con sus murallas y ajetreado pasado reciente en el barrio de Bogside, para luego cruzar la frontera invisible a la República y visitar la península de Inishowen, en el condado de Donegal. De vuelta al Norte, se termina hacia el sureste en el Lough Erne, con la isla de White y las piedras talladas de la isla de Devenish.