La mañana del segundo día se visita la Sagrada Família, de Gaudí, aún en construcción. Vale la pena pagar por una visita guiada.
Por la tarde se da un paseo por el Passeig de Gràcia para descubrir más edificios modernistas fantásticos, como la Casa Batlló y, un poco más arriba, La Pedrera, ambas también de Gaudí.
Por la noche se puede ver un partido de fútbol en el Camp Nou, donde se puede vivir una auténtica descarga de adrenalina, sobre todo si el Barça juega con su archirrival, el Real Madrid. Después se visitan joyas menos conocidas de la zona, como El Maravillas, genial para unas tapas y unas copas, o el Bangkok Cafe, con la mejor cocina tailandesa de Barcelona.