Hay países en los que no resulta muy difícil hacer un viaje fuera de circuito e incluso llegar a los confines del mundo, allí donde el riesgo, el clima o la dificultad hace que solo lleguen los valientes. Estas son dos propuestas para descubrir rincones casi innaccesibles del planeta, en dos de los destinos preferidos del viajero independiente (Canadá y China), con nuestras nuevas guías en la mano.
Canadá: los remotos Territorios de Noroeste
Es difícil seleccionar en Canadá un recorrido “fuera de circuito” porque el país es enorme y hay miles de destinos “solitarios” y fuera de las rutas convencionales. Los que busquen el último confín lo encontrarán en los Territorios del Noroeste. La nueva guía de Canadá de Lonely Planet y geoPlaneta destaca el hecho de que en un planeta en el que ya viven 7.000 millones de viajeros, cuesta imaginar que existan lugares tan vacíos como los Territorios del Noroeste, una extensa franja de bosque boreal y tundra ártica, casi tres veces más grande que España pero con la población de una pequeña ciudad de provincias. Ni siquiera interesó a los buscadores de oro del siglo XIX que la consideraron demasiado aislada, y los canadienses de hoy tampoco suelen visitarla y prefieren el grandioso Yukón.
Sin embargo, aquí encontraremos una de las cataratas más grandes del mundo, el lago más profundo de Norteamérica y una naturaleza salvaje en la que cualquier explorador moderno puede satisfacer sus ansias de aventura. La guía de Canadá recomienda algunas experiencias como recorrer la Dempster Hwy desde Inuvik, alquilar un kayak y navegar por el lago Great Slave entre sus pintorescas casas flotantes, o pasar por fuentes termales, barrancos increíbles y osos en la Nahanni National Park Reserve, un paraíso para piragüistas. También se pueden recorrer los ríos del Wood Buffalo National Park contemplando los búfalos, conducir un trineo tirado por huskies cerca de Yellowknife bajo la aurora boreal o el sol de medianoche, recorrer el Ingraham Rail o atreverse a seguir el Canol Heritage Trail, un sendero que recorre 372 kilómetros hasta la frontera con el Yukon, atravesando picos, cañones y páramos y alojándose en cabañas.
China: Mongolia interior. Galopando con los caballos salvajes
Si piensas que en China hay ya demasiados turistas y te sientes agobiado en la atestada muralla, no hay problema: este país tiene casi diez millones de kilómetros cuadrados. Entre las regiones más inaccesibles y menos frecuentadas por los turistas está la Mongolia interior, un destino solo para grandes viajeros. La verdad es que el sur de esta provincia, donde llegan la mayor parte de los visitantes, está muy industrializado (es parte del milagro económico moderno de China) y la Mongolia de los grandes viajeros está fueran de las rutas turísticas, en la arena del desierto de Badain Jaran o en las praderas de Hailaer. No es fácil llegar hasta allí pero los paisajes espectaculares y la hospitalidad de los pastores mongoles hacen que merezca la pena.
La guía Lonely Planet y geoPlaneta de China recomienda algunas experiencias que ningún gran viajero debería perderse: montar a caballo por las espléndidas praderas cerca de Hailaer; pasearse por las antiguas murallas de Shàng Du (Xanadú) y contemplar la grandeza perdida del palacio del placer de Kublai Kan; escuchar los cánticos de los monjes mongoles en los coloristas monasterios de Dà Zhào y Xilitú Zhào en Hohho; cruzar el desierto y llegar a las montañas para explorar el legendario templo de la Cueva en la recóndita comarca de Dèngkou; subirse a un camello y recorrer las dunas del desierto de Badain Jaran o mezclarse con los chinos de origen ruso en el curioso pueblo de Shì Wei cerca de la frontera con Rusia.