¿El mejor lugar para vivir en la Tierra? ¡Noruega!
Según el índice de desarrollo humano, Noruega hace años que ocupa la primera posición. Con dilatados paisajes, una naturaleza fantástica e insuperables fiordos, casi parece injusto que esté bendecida con tamaña belleza.
La perfección se puede mejorar
De alguna manera, esta potencia nórdica parece superarse en todo lo que hace. Ya sea en educación, asistencia sanitaria, igualdad, ingresos o en una vida sencilla y de calidad, como la de antaño. Noruega tiene una habilidad asombrosa para hacer las cosas bien.
Noruega, consciente del cambio climático, se está reformando. Se está implantando rápidamente la energía renovable: la hidráulica genera el 99% de la electricidad y el Gobierno se ha comprometido a conseguir la neutralidad de carbono en el 2030. Además, es uno de los líderes mundiales en transporte ecológico, con una de las cuotas mundiales más altas de coches eléctricos per cápita (el 58% de los nuevos automóviles lo son, y en el 2025, la venta de autos de gasolina y diésel estará prohibida).
Los ferris también han iniciado la transición: los ferris eléctricos navegan por Oslo y Trondheim, y la administración de carreteras públicas de Noruega planea tener toda su flota electrificada en el 2030.
Estándares sostenibles
El turismo sostenible es uno de los objetivos de Noruega. Ya hace mucho que la sobreexplotación estropeó zonas populares como el Geirangerfjord , el fotogénico Preikestolen y las puntiagudas cumbres de las islas Lofoten. La antigua ley de allemannsretten ("libertad para deambular") permite que cualquiera pueda explorar el campo sin tener que pedir permiso, y es un derecho sagrado para muchos noruegos, pero en una época de turismo masivo y de redes sociales provoca no pocos quebraderos de cabeza.
Para abordar el problema, las autoridades han implementado su propio estándar de destino sostenible, concedido a aquellas zonas comprometidas en proteger el medio ambiente, el patrimonio cultural y una economía más sostenible.
Construcción verde
La arquitectura de Noruega también está haciendo la transición verde. La iniciativa FutureBuilt demuestra cómo se puede construir en ciudades sin emisiones de carbono y con conciencia ecológica. Está administrada por seis municipios de la región de Oslo y actualmente cuenta con 56 proyectos piloto, desde escuelas a bloques de oficinas.