Charleroi, la ciudad negra de Lucky Luke

Charleroi, Bélgica

Muy cerca de Bruselas –a tan sólo 60 km– y con aeropuerto propio– es la puerta de entrada a la capital belga de Ryanair–, Charleroi es una ciudad que vale la pena visitar si queremos descubrir Bélgica a fondo. Situada en la parte francófona del país, la gran metrópolis de Valonia esconde muchos secretos interesantes. Ser la cuna del cómic o poseer el mejor museo de fotografía de Europa son algunos de ellos.

Fundada por tropas españolas como una fortaleza en 1666, Charleroi fue bautizada con el nombre del rey Carlos II, Charles Roy, de ahí que todavía hoy sus habitantes sean conocidos como “Carolos”. Desde entonces, su situación en un lugar de constantes cambios, ha hecho que haya sido disputada por España, Francia, Holanda y Austria. Desde el siglo XIX, debido a la  construcción de varias minas de carbón en sus alrededores,  se la conoce como “la ciudad negra”.

Pero si Charleroi es famosa por algo es, sin duda, por ser la cuna del cómic belga. En ella han nacido dibujantes como Jijé, Franquin, Peyo o Morris, cuyos personajes te encontraras si haces la ruta del cómic. En la avenida General Michel, por ejemplo, podemos observar a Fantasio fotografiando a Spirou, el botones del Hotel Moustique, con su vestuario rojo y su inseparable ardilla Spip; cerca del estadio de fútbol están Boule y Bill saludando al gentío; en el parque de la Reina Astrid o en alguna parada del metro nos cruzaremos con el famoso Lucky Luke, el más querido vaquero solitario de toda Bélgica; y en la plaza de Hierneux, Marsupilami da la bienvenida a todos los que entran en la ciudad.

En el ámbito arquitectónico, Charleroi también cuenta con un rico patrimonio modernista. Muchos barrios fueron urbanizados hace menos de un siglo y ofrecen agradables sorpresas para los amantes del Art Déco, como la Maison dorée (casa dorada) – actualmente Casa de la Prensa–, en el Bulevar Defontaine, diseñada por el arquitecto Alfred Frère a finales del siglo XIX. La fachada policromática, el trabajo del hierro forjado y el cristal, los esgrafiados o los motivos vegetales y florales constituyen la riqueza de este edificio. La Maison Lafleur, en el Paseo Solvay, o la Maison des Médecins, en la calle Léon Bernus, son dos ejemplos más del Art Nouveau.

Aunque probablemente el monumento modernista por antonomasia de Charleroi se encuentra en la Plaza Carlos II, la más antigua de Charleroi, donde se alza el Ayuntamiento (http://www.belgica-turismo.es/informations/atracciones-turisticas-charleroi-ayuntamiento-de-charleroi/es/V/38520.html), un hermoso conjunto construido en 1936, que se mueve entre el estilo neoclásico y el Art Decó. No hay que dejar de subir a su campanario, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO: 70 metros de altura desde los que puede verse una de las mejores panorámicas de la ciudad. Si apetece visitar algún museo sin apenas desplazarse, no hay que perderse su interior, donde se alberga el Museo de Bellas Artes (http://www.belgica-turismo.es/informations/atracciones-turisticas-charleroi-museo-de-las-bellas-artes/es/V/16751.html), con pinturas de los siglos XIX y XX, y el Jules Destrèe (http://www.belgica-turismo.es/informations/atracciones-turisticas-charleroi-museo-jules-destree/es/V/16752.html), que retrata la vida de este famoso político belga.

En la misma plaza impresiona también la basílica de Saint-Christophe (http://www.belgica-turismo.es/informations/atracciones-turisticas-charleroi-basilica-de-saint-christophe-en-charleroi/es/V/57770.html), construida en el siglo XVII. De estilo barroco, presenta un colosal altar y un retablo decorado con frescos, pinturas y mosaicos. Desde el centro de la nave mirando hacia arriba, una impresionante cúpula de cobre instalada tras la Segunda Guerra Mundial corona el recinto.

Otra de las visitas imprescindibles de Charleroi, especialmente para los amantes del arte, es el Museo de la Fotografía (www.museephoto.be), el que dicen es el mejor museo de fotografía del continente. Situado en un monasterio carmelita al sur de la ciudad, en el barrio de Mont-sur-Marchienne, cuenta con un fondo de 80.000 imágenes y tres millones de negativos, pero lo mejor es que pueden verse unas 800 obras maestras desde los primeros experimentos en captación de imágenes hasta obras contemporáneas.

Si se tiene tiempo para hacer alguna excursión, vale la pena acercarse al Grand Hornu (http://www.belgica-turismo.es/informations/atracciones-turisticas-hornu-mac-s-museo-de-arte-contemporaneo-de-la-comunidad-francesa-de-belgica/es/V/36173.html), ubicado a 56 kilómetros de la ciudad, una antigua mina de carbón, modelo de la industrialización del siglo XIX, convertida hoy en un centro cultural neoclásico que comprende uno de los proyectos urbanísticos más interesantes de Valonia e incluso de Europa. En él, además de recorrer su notable estructura edilicia, se puede visitar el Museo de Arte Contemporáneo de la comunidad francófona de Bélgica.

El Parque de Aventuras Científicas (Le Pass) en Frameries (http://www.belgica-turismo.es/informations/atracciones-turisticas-frameries-el-pass-parque-de-aventuras-cientificas-en-mons/es/V/30769.html), cerca de Mons, es otra salida interesante. Situado en el conjunto histórico de la antigua explotación hullera del Crachet, invita al descubrimiento de las ciencias y las tecnologías de manera interactiva a través de sus exposiciones temáticas. El sitio fue rehabilitado por el arquitecto Jean Nouvel y es ideal tanto para niños como para amantes de la arquitectura.

Más información: http://belgica-turismo.es/contenus/charleroi-la-cuna-del-comic-belga-visitas-cerca-de-bruselas/es/4291.html#menu

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