Encajada entre los acantilados de Roquebrune-Cap-Martin, en la Costa Azul, la Villa E-1027 es un excelente ejemplo de arquitectura y diseño modernista. Terminada en 1929 por los arquitectos Eileen Gray y Jean Badovici, pone de relieve la belleza funcional, las líneas sobrias y un mobiliario inteligente, además de ofrecer vistas de ensueño sobre el Mediterráneo. Su historia, carácter y ubicación ofrecen un placer inesperado.
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Descubrir la visión de Eileen Gray
Unas bahías más allá de Mónaco, encaramada sobre los acantilados rocosos de Roquebrune-Cap-Martin y con vistas al mar Mediterráneo, se erige la Villa E-1027. Solo es accesible a pie por un trillado sendero –antes patrullado por los agentes de aduanas que acechaban a los contrabandistas– que serpentea entre la línea de costa y el ferrocarril, y luego continua unos cientos de metros más hasta una anodina verja que se abre ante una pequeña escalera hacia el Mediterráneo. La caminata tiene una buena recompensa: el descenso da paso a hileras de limoneros magníficamente cuidados, con brillantes buganvillas en flor incluso en pleno invierno. Solo las impresionantes vistas del mar ya compensan la pequeña excursión.
La Villa E-1027 – cuyo enigmático nombre proviene de la arquitecta Eileen Gray y su colega Jean Badovici, con quien diseñó el edificio ("10" de "J", "2" de "B" y "7" de "G") – se terminó en 1929. Es un ejemplo de diseño funcional y líneas sobrias, con énfasis en lo práctico y en la conexión con la naturaleza, en el contexto de una época en que dominaban las decoraciones fastuosas y el diseño recargado. En la entrada se observa un llamativo texto grabado en las paredes y los muebles – algunos con consignas consabidas, otros con juegos de palabras retorcidamente divertidos, todos en francés – que introducen al visitante en el mundo modernista de Gray, centrado en diseños que adaptaba a sus clientes, desde mesas ajustables a puertas de cristal estilo acordeón que se abren a una terraza para mostrar los preciosos colores del paisaje mediterráneo.

Península de Roquebrune Cap Martin. ©Svetlana SF/Shutterstock
Encontrar una historia monumental
La Villa E-1027 fue el primer gran proyecto arquitectónico de Eileen Gray, una suerte de visionaria. Irlandesa de nacimiento, estudió Bellas Artes en Londres y París antes de convertirse en aprendiz del escultor y maestro japonés de lacado Seizo Sugawara. Inicialmente, era famosa por sus interiores y diseños de muebles (Elsa Schiaparelli y James Joyce eran fans suyos), pero un creciente interés por la arquitectura la llevó a emprender este proyecto monumental en la Riviera francesa. Su enfoque minimalista, centrado en el hombre era un cambio de la corriente principal y, hoy en día, es reconocida como una pionera del movimiento arquitectónico modernista.
La villa solo se puede ver en una visita guiada, pero eso es bueno: los pequeños detalles –desde la cocina al aire libre a los diminutos y austeros cuartos del servicio, con una mesa-cama convertible– se aprecian mejor con las explicaciones de un experto.
Aunque muchos visitan la villa por Gray, otros lo hacen por la historia: cuando Gray la vendió a Badovici, su amigo y también arquitecto rompedor, Le Corbusier pintó un colorido mural (todavía intacto) en la entrada que Gray consideró un acto de vandalismo. Durante la II Guerra Mundial, la E-1027 fue ocupada por los nazis, que se llevaron todo el mobiliario. Cayó en el abandono tras décadas de negligencia antes de que la compraran unos conservacionistas, que la rescataron y restauraron. Ahora forma parte de Cap Moderne y es reconocida como uno de los monumentos históricos nacionales de Francia.

Vista panorámica de la península de Roquebrune Cap Martin. ©l.lika/Shutterstock
Momento memorable
Al admirar los jardines bañados por el sol desde la villa, es fácil entender por qué el diseño de Gray se considera una carta de amor a la costa. Enclavada en el exuberante paisaje mediterráneo, el diseño de la E-1027 desdibuja deliberadamente las fronteras entre el espacio interior y el exterior, acentuando la armonía con la naturaleza futo de la formación japonesa de Gray.