El más evocador de los barrios históricos de Singapur es el que más recuerda a sus caóticos días del pasado. Lo mejor es visitarlo con el gentío del fin de semana, cuando está atestado de trabajadores indios en busca de un pedazo de su tierra. Los reducidos espacios que ocupan las tiendas se llenan de aromáticas especias y vistosos productos. La gente más a la moda acude a los pequeños y atractivos bares, y si el viajero sufre de insomnio, puede ir al Mustafa Centre y comprar un iPad a las 3.00 antes de ir tomarse un teh tarik y un roti prat.