Es inmensa y hay que darse prisa para disfrutar de sus miles de atractivos naturales antes de que caduque el visado.
Se comienza por Medan, muy bien comunicado, para después trasladarse a Bukit Lawang, donde se ven los residentes más famosos de la isla: los orangutanes. A una excursión breve está Berastagi, aldea tranquila en una colina entre volcanes.
Luego hay que dirigirse al noroeste hacia Ketambe para explorar el Parque Nacional de Guning Leuser, y contemplar la fauna del Parque Nacional Marino de Pulau Weh. A continuación, volver al sur y zarpar de la costa oeste a las islas Banyak, paraíso de surfistas. De vuelta a la isla principal, vale la pena recorrer la carretera que atraviesa la isla rumbo sur, hacia Bukittinggi, buena base para explorar las culturas y la belleza del valle de Harau y Danau Maninjau.
En las islas Mentawai esperan más surf y arena. Hay que dirigirse luego al interior, al volcánico valle de Kerinci y su parque nacional, con aldeas remotas en el corazón de la jungla. Por último, se llega al Parque Nacional de Way Kambas, donde incluso hay elefantes.