Al observar un mapa del norte de Luzón, se asume que La Cordillera es un terreno accidentado, de naturaleza salvaje. Efectivamente, hay zonas de jungla; pero lo que realmente sorprende a quienes visitan Banaue, Batad y otras ciudades de Ifugao es la explotación agrícola de la montaña. Incluso en los barrancos más escarpados, pequeñas parcelas de arrozales conforman un fértil y maravilloso manto esmeralda, un paisaje infinito de colinas escalonadas sembradas de arroz.
Bancales de arroz de Ifugao

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