Al pedalear por estos campos abiertos tachonados con la mayor concentración del mundo de megalitos, es inevitable reparar en los antiguos pobladores de Bretaña. Nadie sabe qué fue lo que inspiró la construcción de estos menhires, dólmenes, crómlechs y túmulos. ¿Tal vez un dios sol? ¿Algún culto a la fertilidad? Después de la visita, se puede dar un paseo por la agradable Grande Plage, la playa local más larga y conocida, de 2 km de arena inmaculada.