Uno casi puede imaginar cómo se iluminaron los ojos de Felipe V, el primer rey Borbón, cuando se quemó el alcázar en 1734 en el corazón de Madrid. Su plan fue construir un edificio que hiciera palidecer a todos sus equivalentes europeos. El palacio, de 2800 habitaciones, nunca llegó a alcanzar tamaña escala, pero sigue siendo un monumento de estilo neoclásico italiano de gran belleza, inequívocamente elegante.
Palacio Real

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