La visita empieza por la joya de la ciudad, la catedral de Notre-Dame. Hay que admirar la fachada, para después subir al mirador y contemplar toda la ciudad. A continuación, se explora el barrio: Rue Mercière, Rue du Maroquin, Place du Marché-aux-Poissons y Place du Marché-aux Cochons-de-Lait. No hay que perderse el palacio Rohan. Para almorzar, quizás apetezca un plato alsaciano en una winstub como LeClou o el plato del día de La Grande Dame. Se da un paseo por Place Gutenberg y hasta el puente de Corbeau, para visitar el Musée Historique. Al salir, se toma una copa en el Jeannette et les Cycleux, antes de cenar en LaHache.
Día 1 en Estrasburgo

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