Se emprende una excursión al norte y el oeste de Ibiza. Se desayuna en el Giri Café del evocador pueblo de Sant Joan y después se va a Portinatx para pasear por un encantador camino costero hasta su apartado faro, desde donde se divisa Mallorca los días despejados.
Se recorre la costa hasta la encantadora cala de Benirràs, una ensenada abrigada rodeada de colinas arboladas. Se disfruta del marisco y se hace la siesta (o se va a nadar) después de comer. Si es domingo, se hace tiempo hasta la puesta de sol, que se acompaña por tambores y a la que acuden los bohemios de Ibiza.
A primera hora de la noche se saborea una copa en el maravilloso hotel rural Atzaró, seguida de una copiosa cena en el Camí de Balàfia, especializado en carnes a la brasa. Otra opción sería tomar una copa en la costa de Sant Antoni y cenar en El Chiringuito.