Se dedica algún tiempo a explorar los alrededores de Bilbao y su costa azotada por las olas para acabar la tarde en San Sebastián. La ondulada carretera invita a un reposado y espectacular viaje con fabulosas vistas del mar en cada curva y bonitos pueblos pesqueros en cada resguardado recoveco. Se empieza en Getxo, con su popular playa y el Puente Colgante, declarado Patrimonio Mundial por la Unesco, antes de dirigirse hacia el este hasta Gernika. Esta localidad, que sufrió un terrible bombardeo durante la Guerra Civil y que sirvió de inspiración para uno de los cuadros más famosos del mundo, alberga un conmovedor museo.
Por la tarde se va a los bonitos pueblos de Mundaka y Elantxobe, con una parada en la maravillosa Lekeitio. Si la visita es en verano, sin duda se impone un chapuzón en una de sus playas.
Cuando empiece a refrescar, se pone rumbo a San Sebastián, donde se va directamente a los famosos bares de pintxos de la Parte Vieja. Se recomienda La Cuchara de San Telmo, aunque casi todos son fantásticos.