El tercer día se dedica al precioso Mediterráneo. Por la mañana, un paseo a pie, corriendo o en bicicleta por el paseo marítimo. Los restaurantes y cafés frente a la playa son perfectos para tomar algo en el camino.
Después toca un paseo por la Barceloneta con parada en el Mercat de la Barceloneta. Más tarde, la visita al Museu d’Història de Catalunya permite desgranar los siglos en un viaje interactivo por la historia catalana.
Por la noche, se pueden ver bandas en directo en el Barri Gòtic. El Harlem Jazz Club es una buena opción para jazz y músicas del mundo. Si aún quedan energías, hay bares como L’Ascensor, un local acogedor con cócteles bien preparados y clientela de cierta edad.