El cuarto día se inicia con un trayecto panorámico en teleférico hasta Montjuïc, seguido de un paseo entre jardines hasta el Museu Nacional d’Art de Catalunya, con frescos románicos, pinturas góticas y obras de maestros españoles del s. xvii.
Tras conocer Montjuïc, se toma el metro hasta Gràcia, con sus calles de pueblo, cafés, librerías y tiendas vintage. Los bares de las plazas se animan con la caída de la tarde.
El lado bohemio de Barcelona espera en El Raval, con tiendas de discos y de artículos vintage. Se puede ver cine independiente en la Filmoteca de Catalunya. Para acabar la noche, nada mejor que unas tapas y un vermut en La Confitería.