Ruta ideal para quienes visitan el país por primera vez y quieren experimentar lo mejor de sus regiones alpinas, kársticas y costeras.
Empieza en la capital, Liubliana, con dos noches para disfrutar de las atracciones, los restaurantes y el emplazamiento junto al río. Después se pone rumbo al norte, al lago Bled, para pasear una noche por la orilla y tomar una pletna (góndola) a la isla Bled. El precioso lago Bohinj, 26 km al suroeste del Bled, ofrece una base más rústica y menos turística con vistas al monte Triglav.
Se sigue hacia el norte hasta Kranjiska Gora, capital del esquí y buen punto de partida para excursionistas. Está en el extremo norte del espectacular paso de Vršič, carretera de alta montaña (abierta may-oct) de unos 50 km que desciende hasta Bovec, capital del rafting. Se pasa aquí la noche y se sigue por las carreteras 102 y 103 hasta la espectacular cueva de Postojna. A tiro de piedra está Predjama, con su inexpugnable castillo ubicado en una cueva en pleno acantilado.
Un paso más y se llega a las localidades costeras de Piran y Portorož. Quien busque romanticismo, que opte por Piran; si se prefiere sol y diversión, hay que ir a Portorož.