14 experiencias y puntos de interés imprescindibles del sistema solar
1. Seguir los pasos de Neil Armstrong
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El Mare Tranquillitatis (Mar de la Tranquilidad) es el lugar donde alunizó el Apolo 11 y Neil Armstrong pronunció las célebres palabras: “Es un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad”. Gracias a la ausencia de atmósfera lunar, las huellas del alunizaje y de los primeros pasos del ser humano fuera de la Tierra serán visibles mientras exista la Luna.
2. Subir al cráter de Olympus Mons en Marte
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Tres veces más alto que el Everest y con una superficie similar a la de Italia, Olympus Mons es el mayor volcán de Marte y, por lo que se sabe, de todo el sistema solar. No obstante, su pendiente del 5 % permitiría una fácil escalada; quizá algún día sea el plato fuerte del itinerario de los turistas espaciales que visiten Marte.
3. Visitar el cañón Valles Marineris en Marte
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El Gran Cañón del Colorado es grande, pero no tanto como este imponente cañón marciano, cinco veces más largo y cuatro veces más profundo. Recorre casi una quinta parte del ecuador del planeta y es el cañón de mayor tamaño del sistema solar. Ir de excursión por sus altísimos acantilados rojos sería una experiencia memorable.
4. Cazar tormentas en la Gran Mancha Roja de Júpiter
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Hasta las tormentas más temibles de la Tierra palidecen en comparación con la colosal Gran Mancha Roja de Júpiter, una enorme tormenta que lleva siglos en activo. Su diámetro podría contener la Tierra y todavía sobraría espacio.
5. Navegar por los anillos de Saturno
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La inconfundible imagen de los siete anillos de Saturno es uno de los grandes espectáculos del sistema solar. Compuestos por hielo, roca y polvo, giran alrededor del planeta a 282 000 km de distancia y son visibles desde la Tierra con un par de prismáticos de calidad media. Verlos de cerca desde una nave espacial, si fuera posible sobrevolarlos, sería una experiencia increíble.
6. Broncearse en Mercurio
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Marchito y extenuado por su proximidad al Sol, el planeta más pequeño del sistema solar no es un sitio donde apetezca quedarse mucho tiempo. Allí la luz del Sol es 11 veces más brillante que en la Tierra y la temperatura diurna alcanza niveles abrasadores. Quien desee un “bronceadoˮ duradero, que visite Mercurio.
7. Ver salir el Sol al revés en Venus
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Pese a su beatífico nombre, Venus es un lugar inhóspito: el calor es achicharrante y su superficie está devastada por un desenfrenado efecto invernadero que ha creado una atmósfera infernal capaz de derretir el plomo; así que nada de tomar el sol allí. Pero hay al menos una razón para viajar a Venus: gracias a su inusual rotación inversa, el Sol sale por el oeste y se pone por el este.
8. Admirar las auroras de Urano
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Como las auroras boreales de la Tierra, Urano tiene las suyas propias: efectos brillantes de luz causados por partículas cargadas que interactúan con los gases de su atmósfera. Muchos científicos creen que podrían ser mucho más espectaculares que las terrestres debido al singular eje de rotación inclinado de Urano y a su campo magnético asimétrico.
9. Ser engullido por los vórtices de Neptuno
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Como Júpiter, Neptuno es un “gigante gaseosoˮ con una turbulenta atmósfera compuesta principalmente por hidrógeno, helio y metano que genera potentes sistemas de tormentas conocidos como “vórticesˮ, cuyos vientos alcanzan velocidades muchísimo más altas que en las tormentas terrestres (se estima que hasta 2400 km/h). Uno de estos vórtices, la Gran Mancha Oscura, fue detectado por la Voyager 2 en 1989. En 1994 ya se había disipado, pero posteriormente se han observado otros vórtices parecidos.
10. Sumergirse en el océano oculto de Europa
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Entre todos los satélites de nuestro sistema solar, Europa es el que cuenta con una probabilidad más alta de albergar vida fuera de la Tierra. Se cree que bajo su corteza de hielo hay un enorme océano salado en cuyo lecho marino podrían existir fuentes hidrotermales, lo cual propiciaría según numerosos científicos unas condiciones muy similares a las que dieron origen a la vida en la Tierra.
11. Maravillarse con los gigantescos géiseres de hielo de Encélado
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Encélado, el sexto satélite más grande de Saturno, es el más interesante. Cubierto por una gruesa capa de hielo, es el objeto más brillante de nuestro sistema solar y uno de los más fríos, con temperaturas en superficie de unos 201 °C. Además, posee una característica única: gigantescos géiseres de hielo que entran en erupción en su polo sur, intensificando su ya de por sí deslumbrante efecto albedo (el reflejo de la radiación solar).
12. Observar el flujo de lava en Ío
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En este pequeño satélite se han observado más de 150 volcanes, pero se estima que solo son una parte del total. Aplastado y desfigurado por la atracción gravitatoria de Júpiter, es el cuerpo geológicamente más activo del sistema solar. Una visita obligada para los vulcanólogos más entusiastas.
13. Ver la Tierra sobre el horizonte lunar
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Pocas fotografías hay tan trascendentales como la de la Tierra sobre el horizonte lunar: un brillante globo azul flotando en la oscuridad infinita del espacio. Por primera vez fue posible ver lo maravilloso –y frágil– que es el planeta que habitamos.
14. Vivir en el planeta Tierra
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Nuestro universo atesora muchas maravillas, pero la mayor de todas es la que tenemos más cerca: la Tierra, el único lugar entre todas las estrellas, satélites, asteroides y planetas conocidos donde se ha desarrollado la vida en todas sus diversas y sorprendentes formas. Si hay que quedarse con una sola cosa de todo este viaje por el universo, que sea el planeta Tierra.
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