Para probar el Panamá tropical, se puede empezar con la animadísima capital. Se explora la ciudad y se ven las ruinas coloniales y lugares emblemáticos como el famoso Canal de Panamá, mientras se recibe una dosis de aventuras por la selva tropical. Se culmina con una escapada relajante al Caribe.
Se empieza con el ajetreo de Ciudad de Panamá, la vibrante capital del país.
En Panamá la Vieja, hay que dejar tiempo para visitar el primer asentamiento español del Pacífico, destruido en un ataque pirata durante el s. xvii. Tras admirar las ruinas, se pasea o pedalea por la Cinta Costera hasta el histórico casco viejo, con los animados restaurantes en la plaza, bares en azoteas, galerías y catedrales del s. xviii.
Se realiza una excursión de un día a las esclusas de Miraflores, para contemplar cómo se deslizan los enormes barcos por el canal. A continuación se visita la selva tropical cercana en el Parque Nacional Soberanía, un lugar lleno de fauna y flora, ideal para observar aves. Otra opción es remar en kayak por el lago Gatún junto a los monos aulladores y los cocodrilos.
Desde Ciudad de Panamá, se vuela a Bocas del Toro para relajarse cuatro días en el Caribe y bucear por coloridos arrecifes de coral. Se puede explorar isla Colón en bicicleta y disfrutar de una ruta por pubs en la peculiar Bocas del Toro.
Desde aquí, se puede ir en barco a los resorts de isla Bastimentos, hacer una ruta del chocolate por la parte de Bocas del Toro continental o visitar algunos de los grupos indígenas en otras islas gracias al turismo comunitario.
Se vuelve volando a la capital para pasar por los numerosos restaurantes al aire libre, bares elegantes y clubes de salsa.