Si urge salir de los caminos trillados, esta ruta marinera lleva a la península de Azuero, en la costa del Pacífico, y al corazón afrocaribeño y las partes más alejadas de Guna Yala (y casi a Colombia).
Se empieza en la capital, Ciudad de Panamá. Desde allí, se va en el lujoso tren a lo largo del histórico Ferrocarril de Panamá atravesando la zona del Canal de Panamá hasta Colón para admirar el fuerte San Lorenzo, declarado Patrimonio de la Humanidad. En esa zona se puede ver la ampliación del canal en el cercano centro de visitantes de Agua Clara. Usando Portobelo como base, se exploran los fuertes españoles, se sale en barco a playas desiertas o se practica submarinismo.
Se vuelve a Ciudad de Panamá para viajar a la península de Azuero en autobús. De vez en cuando las fiestas tradicionales toman las calles de estas localidades. Si se visitan por esas fechas lo mejor es unirse a los juerguistas. Si no, se pueden visitar los talleres donde se elaboran panamás, vestidos con puntillas y coloridas máscaras de diablos. Se puede tomar como base Pedasí para hacer viajes a la playa y disfrutar de un agradable ambiente de pueblo. Luego se va a la más apartada playa Venao para disfrutar de una bonita bahía, conocer a otros viajeros y surcar las olas sin multitudes. Si las tortugas están saliendo de los huevos, vale la pena peregrinar a isla Cañas.
Cuando uno esté preparado, se vuelve a la capital para tomar un todoterreno o un vuelo a Guna Yala (archipiélago de San Blas), una cadena de islas inmaculadas gobernadas por los gunas. En decenas de islas, se ofrece todo tipo de habitaciones, desde las más peladas hasta las que tienen todas las comodidades, con comidas y excursiones siempre incluidas. Se puede bucear y nadar, o alquilar un velero. Lo mejor es bucear por los arrecifes y los restos de naufragios de los cayos Holandeses y conocer a los lugareños de las diminutas islas. Quienes continúen hacia América del Sur, pueden hacer un recorrido en velero o en barco de tres a cuatro días hasta Colombia.
Otra opción es acabar el viaje volviendo a Ciudad de Panamá, donde se puede ver el magnífico BioMuseo y salir por el casco viejo.