Al otro lado de la frontera, y con fácil acceso, es posible ver los restos del antiguo mundo maya en todo su esplendor, con numerosas ruinas antiguas rodeadas de frondosas selvas y algunas ciudades preciosas. Aunque para verlo todo se necesitarían meses, aquí se sugiere una ruta de cinco días.
Se sale de San Ignacio la mañana del primer día y se va a El Remate, una población junto a un lago con alojamientos de todos los precios. A primera hora del día siguiente se va a Tikal, la fascinante ciudad maya, a la que se dedicará todo el día. Tras haber organizado el alojamiento en uno de los tres hoteles de Tikal, se puede disfrutar de la puesta de sol tranquilamente desde lo alto del Templo lV. La primera mitad del tercer día se dedica a seguir explorando Tikal, que bien lo merece, y luego se vuelve a El Remate a descansar.
Los días que quedan se pueden pasar en Flores y disfrutar de su ambiente, e ir de excursión a alguno de los parques, pueblos o ruinas de los alrededores.