Se pasa la mañana explorando los zocos antes de que lleguen las aglomeraciones. Se goza del aroma de las especias en la plaza de Rahba Kedima y se hace una pausa para tomar un té a la menta en el Café des Épices. Después se admira la madraza de Ben Youssef y el Musée de Marrakech y se pasea hasta el Naima para gozar de un festín a base de cuscús.
Se siguen viendo construcciones históricas en la parte sur de la medina, admirando los techos del palacio de la Bahía y las tumbas saadíes. Se toma un café en la azotea del Kasbah Cafe, antes de volver paseando al centro de la medina, con una parada para ver el interior de Dar Si Said.
Se busca una mesa en las terrazas de Yamaa el Fna para sacarle una foto al minarete iluminado de la mezquita de la Kutubía y a la plaza al atardecer. Se deja atrás la plaza para cenar en el patio del riad PepeNero y se vuelve a Yamaa el Fna para vivir su ambiente nocturno.